Como punto de partida hay que tomar en cuenta que la palabra mito hoy en día se la utiliza de manera muy vaga, tratando de impresionar a la gente y de alguna forma de generarle miedos que en realidad no existen.
Es así que para hablar del mito hay que remitirse a sus inicios, tomando en cuenta de donde proviene, llegando a conocer que este término se deriva del griego mythos, que significa "palabra" o "historia", entendiendo que un mito tendrá un significado diferente para un experto y un adorador. Es decir el mito no quiere trasmitir algo claro, ni estructurado y mucho menos referirse a diversos aspectos que choquen en sentido.

Al comprender como se maneja el mito, la mirada se ubica en como se lo utiliza ahora para atemorizar a la gente, incluso para producir una serie de sensaciones fantasmagóricas, que fácilmente son descubiertas y desechadas sin problemas.

Es aquí que se puede entender que todo esto es un proceso que nadie cree y mucho menos lo asimila, llegando a caer en la dilatación de lo que esto conlleva, que es una extensa carga cultural que logra estabilizar el vivir en conformidad y paz absoluta.
Por este motivo al mito se lo debe apreciar y enfocar desde otro punto de vista, mismo que tiene que ser coherente y centrado en dicho tema tratado.
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