Comentario Película Metrópolis

domingo, 21 de marzo de 2010
ADVERTENCIA: “El mediador entre el cerebro y las manos ha de ser el corazón”.

Con aquella frase es como inicia la película Metrópolis, film en el que se puede apreciar como se ha marcado la lucha entre pobres y ricos y como el trabajador es humillado, mismo que vive en esclavitud y está expuesto a las peores actividades dentro de la sociedad. Al observar la ciudad Metrópolis, podemos admirar a su señor Joh Fredersen, denigrar al trabajador haciéndolo laborar 10 horas a un ritmo que es demasiado para un ser humano. Los obreros viven en las profundidades de la cual se los ve salir solo para ir a trabajar al corazón de la ciudad, que es donde se encuentran todas las maquinas que mantienen con vida a esta.
El rumbo de la historia cambia cuando Freder hijo del Sr. Fredersen, descubre las condiciones infrahumanas en que habitan los trabajadores y se enamora de María. Ella llega un día a la superficie con los hijos de los obreros, para mostrarles todo lo que existe en la superficie y a su vez al señalar a Freder dice que él es uno de sus hermanos.

Aquí es cuando él comprende que valor tienen todas las personas que viven en las profundidades, generando así una lucha de su padre contra los obreros, aquellos que se revelarían por el encanto de una bruja que buscaba generar discordia. Posteriormente todo esto terminaría en una catástrofe para los obreros y para el Sr. Fredersen, ya que las profundidades de ciudad metrópolis quedarían destruidas y bajo el agua, por el ataque de los obreros a la maquina corazón. Dejando a los obreros en pánico y pensando que sus hijos estaban muertos. La tranquilidad llegaría cuando María y Freder les dicen que los niños están a salvo, generando así una reacción positiva de los obreros hacia el dictador.
Se acerco Grot el capataz donde Fredersen y cuando iban a estrechar sus manos se detuvieron, fue aquí donde las manos y el cerebro quisieron unirse pero les faltaba el corazón, que en este caso fue Freder su hijo el cual logro unirlos en un estrechón de manos fraterno.



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