Joan Miró

En su obra reflejó su interés en el subconsciente, en lo "infantil" y en su país. En un principio mostró fuertes influencias fauves, cubistas y expresionistas, pasando a una pintura plana con cierto aire naïf, como lo es su conocido cuadro La Masía del año 1920. A partir de su estancia en París, su obra se vuelve más onírica, coincidiendo con los puntos del surrealismo e incorporándose a este movimiento.
En la década de 1930, Miró manifestó su deseo de abandonar los métodos convencionales de pintura, en sus propias palabras de "matarlos, asesinarlos o violarlos", para poder favorecer una forma de expresión que fuese contemporánea, y no querer doblegarse a sus exigencias y a su estética ni siquiera con sus compromisos hacia los surrealistas.
El grupo del surrealismo, a Miró le sirvió principalmente para abandonar su época detallista y sintetizar la magia ya apuntada en esa etapa. Es, en el potencial que le ofrecía el surrealismo, en lo inconsciente y lo onírico, donde encontró el perfecto material para sus futuras obras.
Càntic del sol (1975).
En su concepción de la pintura, se puede tomar como una referencia su gusto por lo subconsciente, instintivo, voluntario, simplemente dejando que exista la magia, la cual logra conseguir que se forje una fantasía
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